La victoria presidencial del cristiano sureño Goodluck Jonathan desató la furia de los musulmanes del norte encabezados por Muhammadu Buhari.
Al menos 80 muertos y decenas de heridos es el resultado de los disturbios iniciados por el exgobernante militar Muhammadu Buhari en el norte musulmán de Nigeria, tras conocerse ayer la victoria del cristiano sureño Goodluck Jonathan en los comicios presidenciales celebrados el sábado pasado.
Las elecciones en Nigeria, el país más poblado de África con 150 millones de habitantes, casi siempre han estado marcadas por la violencia, en especial entre los musulmanes del norte y los cristianos del sur.
“Estamos llenos (de heridos). Hemos recibido heridas que van desde golpes hasta heridas de machete y unas cinco personas víctimas de disparos”, dijo Ibrahim Gwarze, un médico del Aminu Kano Teaching Hospital.
Los observadores electorales describieron los comicios como los más justos en décadas en la nación más poblada de África, que tiene una larga historia de fraude electoral e intimidación. A pesar de ello, Buhari no quiere aceptar su derrota.
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