Sergio Paravagna acudió al hospital público porteño Santojanni para que le cosieran una herida en una mano, pero mientras aguardaba su turno en la sala de espera terminó apuñalado en el cuello y al borde la muerte.
Las cámaras de vídeo del centro médico grabaron la escena en la que un hombre, de unos 25 años, ingresó a la sala de espera, titubeó unos instantes, y finalmente identificó a Paravagna.
Mientras se dirigía hacia el joven, que estaba acompañado de su padre, lo acusó de haber querido asaltar su local de belleza 'Rebelde', situado a dos calles de allí.
A la vez desenfundó un arma blanca que llevaba en el bolsillo de la cazadora y le asestó una certera puñalada en el cuello, luego de lo cual se dio a la fuga perseguido sin éxito por el padre de la víctima.
"Lo traje para curarlo y por ahí me lo llevo muerto", explicó Paravagna padre, que confió haber caminado 30 calles con su hijo herido porque no tenía dinero para el autobús.
Marcelo Struminger, presidente de la Asociación de Médicos del hospital Santojanni, lamentó que la sala de espera "no tiene custodia" policial y sostuvo que el vigilante que había prometido la alcaldía en el interior del hospital "no estaba".
"Pensamos que con la presencia de las fuerzas policiales difícilmente alguien le quiera clavar un cuchillo a otra persona", dijo el profesional de la salud y aseguró que "la presencia policial es indispensable no sólo para el cuidado del personal sino de los pacientes".
El Gobierno de la presidenta peronista Cristina Fernández y el alcalde de Buenos Aires, el centroderechista Mauricio Macri, se culpan uno a otro por la falta de vigilancia de los hospitales, escuelas, y edificios públicos.
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