martes, 12 abril 2011
Varias personas han sido detenidas en relación con el sangriento atentado ocurrido este lunes en el metro de Minsk, la capital bielorrusa. Hoy se sabe que el atentado fue cometido con una carga equivalente a entre 5 y 7 kilos de TNT, y nutrida con clavos y bolas de acero. Estalló en plena hora punta, en un andén de la céntrica estación de Oktiábraskaya y ante un tren atestado de pasajeros. La policía tiene los retratos robot de dos hombres sospechosos.
El presidente Alexander Lukashenko, que dirige esta ex república soviética con mano de hierro desde hace 16 años, defiende la teoría del complot urdido en el extranjero y por la oposición contra su régimen, para desestabilizar el país. De hecho, Lukashenko ha anunciado que ha pedido ayuda al presidente ruso, Dmitri Medvedev: “Desgraciadamente, ellos tienen mucha experiencia en este trabajo”.
El atentado mató a 12 personas. Más de 150 siguen hospitalizadas, 40 de ellas en estado grave. Se cree que el artefacto fue activado por señales de radio y con la intención de provocar una matanza en una de las estaciones más concurridas del Minsk, a un centenar de metros de la presidencia y en pleno corazón económico y político de Bielorrusia. Las autoridades han declarado este miércoles día de duelo nacional en memoria de las víctimas.
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