Martes, 24 Agosto 2010La violencia continúa enlutando familias en la provincia de Ascope. Esta vez la víctima resultó ser un joven vigilante que fue atacado a balazos por un grupo de criminales. El homicidio ocurrió delante de un amigo de la víctima.
Este nuevo hecho de sangre ocurrió hoy cuando el reloj marcaba la 1 a.m. y el guardián identificado como Eduardo Lorenzo Ramírez Santillán, de 29 años, se encontraba cumpliendo la respectiva ronda por las calles aledañas a la Plazuela Micaela Bastidas.
La policía informó que Ramírez Santillán se encontraba en compañía de su amigo de apellido Barreno Mejía cuando fueron interceptados por una turba de delincuentes quienes, al parecer, querían perpetrar un latrocinio en las viviendas.
Tras un cruce de palabras, uno de los cacos desenfundó un arma y disparó al vigilante dos balazos en la espalda que le arrancaron la vida al instante.
Lo extraño del caso es que Barreno Mejía salió ileso y, según su propia declaración, los asesinos se alejaron muy tranquilos, y caminando, dejando atrás el cuerpo sangrante de su víctima.
Se desconocen las causas de este misterioso crimen, pero por las características del mortal ataque las primeras hipótesis apuntan a que se trataría de una venganza de los criminales pues el vigilante habría impedido que cometan robos en las viviendas.
Las investigaciones quedaron a cargo de los agentes de la Comisaría de Casa Grande que interrogaron a Barreno Mejía, hoy convertido en el testigo clave para identificar a los homicidas
La policía informó que Ramírez Santillán se encontraba en compañía de su amigo de apellido Barreno Mejía cuando fueron interceptados por una turba de delincuentes quienes, al parecer, querían perpetrar un latrocinio en las viviendas.
Tras un cruce de palabras, uno de los cacos desenfundó un arma y disparó al vigilante dos balazos en la espalda que le arrancaron la vida al instante.
Lo extraño del caso es que Barreno Mejía salió ileso y, según su propia declaración, los asesinos se alejaron muy tranquilos, y caminando, dejando atrás el cuerpo sangrante de su víctima.
Se desconocen las causas de este misterioso crimen, pero por las características del mortal ataque las primeras hipótesis apuntan a que se trataría de una venganza de los criminales pues el vigilante habría impedido que cometan robos en las viviendas.
Las investigaciones quedaron a cargo de los agentes de la Comisaría de Casa Grande que interrogaron a Barreno Mejía, hoy convertido en el testigo clave para identificar a los homicidas
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