Lunes, 19 Julio 2010Pascual Bueno Santillán nació en Cajamarca y a los cuatro años llegó a residir en Casa Grande. A la edad de trece años, una travesura de colegial al trepar a un poste de alta tensión le causó quemaduras de segundo y tercer grado en los miembros superiores, lo que obligó a los médicos a amputarle la mano derecha mientras su izquierda quedó con serios daños.
Sin embargo, la discapacidad física que sufre Pascual Bueno no le fue impedimento para graduarse en Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) y desempeñarse como juez de Paz en Casa Grande, Ayacucho, Tumbes, Cajamarca, Chiclayo y Lima.
¿Cómo recuerda los momentos del accidente? Recuerdo que los médicos del Hospital de Casa Grande le dijeron a mi madre que ya no tenía salvación y prepare mi casa para velarme. Después de cuatro días de inconsciencia desperté y me ví lleno de vendas. Estuve en hospitales de Trujillo y Lima casi 10 meses.
¿Cuáles fueron las consecuencias? Quedé incapacitado para ciertos trabajos; sin embargo, el accidente me permitió obtener nuevas habilidades como, por ejemplo, me ví obligado a escribir con la mano izquierda, empecé llenando pupiletras en el hospital. Después de un año regresé a mi casa, avergonzado y con complejos y ya no quería estudiar, pero mi madre insistió, y en contra de mi voluntad, al principio, me hizo regresar a los estudios.
¿Cómo enrumbas tu vida después del accidente? Me tracé una meta. Me di cuenta que, intelectualmente, sí podía responder y enfrenté el desafío de reingresar a un colegio público donde todo el mundo te pone chapas y apodos. Terminé la secundaria, ingresé a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y terminé mi profesión.
Y ahora, ¿tienes éxito en tu profesión? Creo que la vida me brindó oportunidades y he sabido aprovecharlas.
He tenido éxito en mi profesión. Fui juez de Paz en Casa Grande y he trabajado en Ayacucho, Tumbes, Cajamarca, Chiclayo y Lima. Actualmente, he regresado a trabajar por mis paisanos casagrandinos.
¿Crees que la sociedad discrimina a las personas con discapacidad? Sí, para las personas que sufren alguna discapacidad, a veces el mundo se muestra hostil, les cierra las puertas. Pero no solamente a ellos, existen múltiples formas de discriminación y en todos los sectores. Te discriminan porque eres solo, pobre, o por tu nivel de educación. Sin embargo, creo que la peor discapacidad es la mental de la persona que discrimina y no acepta las diferencias que existen entre los seres humanos.
He pasado ese tipo de adversidades en la vida, pero aprendí a sacar el paraguas y que la lluvia caiga sobre él.
Es decir, ¿no existe igualdad de oportunidades? No creo que exista algo como la igualdad de oportunidades, lo que las personas buscamos son oportunidades adecuadas a nuestra capacidad física e intelectual, y sobre todo al potencial de cada uno. En todo caso lo que se requiere es la creación de más oportunidades.
¿Qué te motiva a postular a la alcaldía de Casa Grande? Veo que las cosas no han cambiado, siguen los mismos problemas de siempre. Al parecer, en Casa Grande no hay líderes comprometidos con su desarrollo.
Por eso estamos presentando una propuesta diferente con un equipo que combina juventud, capacidad y experiencia.
Sin embargo, la discapacidad física que sufre Pascual Bueno no le fue impedimento para graduarse en Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) y desempeñarse como juez de Paz en Casa Grande, Ayacucho, Tumbes, Cajamarca, Chiclayo y Lima.
¿Cómo recuerda los momentos del accidente? Recuerdo que los médicos del Hospital de Casa Grande le dijeron a mi madre que ya no tenía salvación y prepare mi casa para velarme. Después de cuatro días de inconsciencia desperté y me ví lleno de vendas. Estuve en hospitales de Trujillo y Lima casi 10 meses.
¿Cuáles fueron las consecuencias? Quedé incapacitado para ciertos trabajos; sin embargo, el accidente me permitió obtener nuevas habilidades como, por ejemplo, me ví obligado a escribir con la mano izquierda, empecé llenando pupiletras en el hospital. Después de un año regresé a mi casa, avergonzado y con complejos y ya no quería estudiar, pero mi madre insistió, y en contra de mi voluntad, al principio, me hizo regresar a los estudios.
¿Cómo enrumbas tu vida después del accidente? Me tracé una meta. Me di cuenta que, intelectualmente, sí podía responder y enfrenté el desafío de reingresar a un colegio público donde todo el mundo te pone chapas y apodos. Terminé la secundaria, ingresé a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y terminé mi profesión.
Y ahora, ¿tienes éxito en tu profesión? Creo que la vida me brindó oportunidades y he sabido aprovecharlas.
He tenido éxito en mi profesión. Fui juez de Paz en Casa Grande y he trabajado en Ayacucho, Tumbes, Cajamarca, Chiclayo y Lima. Actualmente, he regresado a trabajar por mis paisanos casagrandinos.
¿Crees que la sociedad discrimina a las personas con discapacidad? Sí, para las personas que sufren alguna discapacidad, a veces el mundo se muestra hostil, les cierra las puertas. Pero no solamente a ellos, existen múltiples formas de discriminación y en todos los sectores. Te discriminan porque eres solo, pobre, o por tu nivel de educación. Sin embargo, creo que la peor discapacidad es la mental de la persona que discrimina y no acepta las diferencias que existen entre los seres humanos.
He pasado ese tipo de adversidades en la vida, pero aprendí a sacar el paraguas y que la lluvia caiga sobre él.
Es decir, ¿no existe igualdad de oportunidades? No creo que exista algo como la igualdad de oportunidades, lo que las personas buscamos son oportunidades adecuadas a nuestra capacidad física e intelectual, y sobre todo al potencial de cada uno. En todo caso lo que se requiere es la creación de más oportunidades.
¿Qué te motiva a postular a la alcaldía de Casa Grande? Veo que las cosas no han cambiado, siguen los mismos problemas de siempre. Al parecer, en Casa Grande no hay líderes comprometidos con su desarrollo.
Por eso estamos presentando una propuesta diferente con un equipo que combina juventud, capacidad y experiencia.
Comentarios
Publicar un comentario