Trujillo, Viernes 11 de Junio del 2010Tal parece que la emoción del reciente megaoperativo ejecutado en los pabellones del penal El Milagro, y que permitió requisar los celulares que usaban los hampones para extorsionar a sus víctimas, duró poco. Resulta que un interno de ese centro penitenciario se las arregló para hacerse de otro aparato de esos y exigirle el pago inmediato de mil soles a una comerciante.
Para cometer el delito, el facineroso tuvo como cómplice a un alumno de la Facultad de Educación de la UNT, quien fue el encargado de cobrar el dinero en una de las ventanillas del Banco de la Nación del distrito de Guadalupe, en Pacasmayo.
Agentes de la comisaría de esa localidad, bajo las órdenes del mayor César Aguilar Mitac, consiguieron atrapar al estudiante cuando recibía el efectivo, tras haber coordinado por celular con el preso.
El detenido fue identificado como Elías Manuel Sánchez Cieza (21), y el presidiario como Marco Antonio Seminario Rodríguez (23), “Cachaco”. Este sujeto se encuentras tras rejas por los delitos de robo agravado, extorsión y violación sexual.
Lo que debe aclararse es cómo se agenció de un celular, después de la requisa realizada en conjunto por el INPE, el Ministerio del Interior, el Ministerio Público y el Ministerio de Justicia, en los pabellones de El Milagro y otros centro de reclusión del norte. No olvidemos que dicho operativo fue anunciado y celebrado por las cabezas de estos organismos como el más duro golpe contra el delito de la extorsión.
La captura del universitario ocurrió alrededor del mediodía. Fuentes policiales precisaron que la víctima de las amenazas resultó ser una comerciante de Juanjuí, identificada como Angélica del Águila Sánchez Cieza, de 37 años.
Días atrás ella denunció ante la PNP de su ciudad natal que un sujeto la había llamado desde el número 044-947856334 para pedirle dinero.
Haciéndose pasar como un capitán de la Policía, el hombre al otro lado de la línea le dijo que había arrestado a uno de sus parientes, y que si no quería verlo preso, debía pagar mil soles de inmediato. Asimismo, le indicó que la plata debía depositarla en una cuenta del BN, la cual figuraba a nombre del estudiante.
Enterados de la situación, los agentes de Guadalupe montaron un operativo para arrestar a los implicados en el caso. Para ello, coordinaron previamente con sus similares de Juanjuí y con los administradores del banco, con la intención de determinar la hora exacta del retiro.
Cuando por fin se consiguió este dato, los uniformados atraparon a Sánchez Cieza con la plata en la mano.
Al verse perdido, no le quedó más remedio que revelar el nombre de su compinche tras las rejas.
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