Miercoles, 30 Junio 2010
En San Pedro de Lloc, localidad de la provincia de Pacasmayo, en la región La Libertad, la fiesta por su patrono tiene sabor a maíz y no a pescado. Y es que para este año, sus habitantes decidieron preparar el tamal más grande del Perú y quizás del mundo, aunque ninguno se apresura a dar tal veredicto.
La familia Reyes Mayanga, una de las más tradicionales que se dedican a este negocio desde hace varias generaciones, encabezó la iniciativa. Siete hermanas de este clan, conocidas por vender su delicioso producto en las plazas de armas de San Pedro de Lloc y Pacasmayo, se juntaron el imponente potaje.
Compraron varios kilos de maíz, pollo y manteca vegetal, así como litros de aceite, y presentaron la tarde del lunes último este delicioso plato para el deleite de parroquianos y turistas que llegaron de distintas partes del país.
“Hace más de 100 años, nuestra bisabuela, Margarita Carbajal, le enseñó a su hija Angélica Arias de Reyes el arte de la preparación del tamal sampedrano. En esos tiempos se usaba el batán para moler el maíz en vez del molino que hoy en día usamos y se hacía a leña. Tampoco se utilizaba pollo sino chancho adobado como relleno. Han pasado los años, pero la calidad perdura”, dice Angélica Reyes, una de las siete hermanas que emocionadas ofrecieron el enorme tamal para que todos los llegados a la fiesta de San Pedro de Lloc se fueran con una gran sonrisa.
La familia Reyes Mayanga, una de las más tradicionales que se dedican a este negocio desde hace varias generaciones, encabezó la iniciativa. Siete hermanas de este clan, conocidas por vender su delicioso producto en las plazas de armas de San Pedro de Lloc y Pacasmayo, se juntaron el imponente potaje.
Compraron varios kilos de maíz, pollo y manteca vegetal, así como litros de aceite, y presentaron la tarde del lunes último este delicioso plato para el deleite de parroquianos y turistas que llegaron de distintas partes del país.
“Hace más de 100 años, nuestra bisabuela, Margarita Carbajal, le enseñó a su hija Angélica Arias de Reyes el arte de la preparación del tamal sampedrano. En esos tiempos se usaba el batán para moler el maíz en vez del molino que hoy en día usamos y se hacía a leña. Tampoco se utilizaba pollo sino chancho adobado como relleno. Han pasado los años, pero la calidad perdura”, dice Angélica Reyes, una de las siete hermanas que emocionadas ofrecieron el enorme tamal para que todos los llegados a la fiesta de San Pedro de Lloc se fueran con una gran sonrisa.
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