Publicado 12 enero 2015
Ante las publicaciones aparecidas en un diario local, de manera particular en sus editoriales de los días 01 y 08 de Febrero, con ocasión de una conferencia de prensa sobre posibles irregularidades encontradas en el proceso de matrículas de diferentes Colegios Públicos, el Arzobispado Metropolitano de Trujillo manifiesta lo siguiente:
1. Es inaceptable la forma tendenciosa con la que este diario ha querido identificar estas irregularidades con los llamados Colegios Públicos Religiosos, tal como se puede comprobar con el contenido del Oficio N° 125–2015-DP/OD La Lib., en el que la Defensoría del Pueblo señala a 42 Instituciones Educativas, de las cuales solo 2 son regentadas por religiosas.
2. Rechazamos rotundamente los términos con los que los editoriales de este diario local se refieren a los Centros Educativos Religiosos y a las religiosas y sacerdotes que los dirigen, usando calificativos que atentan contra el honor, el buen nombre y pretenden desprestigiar y desacreditar la enorme labor educativa que la Iglesia realiza en nuestra patria.
3. Estos artículos manifiestan un claro desconocimiento de la labor educativa de la Iglesia que se ejerce a través de más de 50 Instituciones Educativas que atienden a más de 7,000 estudiantes en los diversos Colegios Particulares, pero también en Colegios de Acción Conjunta y aquellos que son del Estado donde las religiosas colaboran, contribuyendo subsidiariamente al deber del Estado de educar, uno de estos es el Colegio Santa Rosa.
4. Las Normas y Orientaciones para el Desarrollo del Año Escolar 2015 en la Educación Básica aprobadas por Resolución Ministerial N° 556-2014-MINEDU, expresan claramente que “en el caso que la Institución Educativa privada y pública tenga un mayor número de postulantes que vacantes, la Institución Educativa podrá establecer criterios de priorización para la selección de las familias a admitir. … la priorización puede incluir aspectos que garanticen un adecuado compromiso entre familia y escuela para la educación de los niños, coincidencia declarada o demostrable de la línea axiológica de las familias con la Institución Educativa, identificación de la familia con el proyecto educativo…”; por eso no está prohibido solicitar a los padres de familia la partida de bautismo o matrimonio de los padres.
5. Es falso que la documentación referida se pida como requisito indispensable para acceder a una vacante, puesto que ésta no condiciona la matrícula, sino que busca tener los elementos que posibiliten el desarrollo del proyecto educativo que le es propio en su condición de escuela católica; es decir, una sólida formación cristiana que abarca no solo al educando sino a toda su familia, hecho que es reconocido y ponderado por los padres de familia, incluso de otras confesiones, que optan libremente por educar a sus hijos en Instituciones Educativas Católicas. Cfr. Artículo 3 del Reglamento de la Ley de Libertad Religiosa, D.S. N° 010-2011-JUS.
6. Es conocido que el Estado no subvenciona la totalidad de los costos básicos de mantenimiento de infraestructura, menos lo necesario para una educación pública pero de calidad sostenible, por ello se desdibuja la realidad al calificar los aportes de los padres de familia como actos ilícitos, cuando lo que se logra es la participación de éstos en la mejor educación de sus hijos, supliendo lo que hasta ahora el Estado no hace.
7. El Estado reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú y le presta la colaboración conveniente para la mejor realización de su servicio a la comunidad nacional (Cfr. Art. 50 de la Constitución Política). Esta labor se desarrolla permanentemente a través de los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que incluso muchos de ellos han entregado su vida al servicio de la educación.
8. Hacemos un llamado para que al referirse a la Educación Católica se actúe con objetividad, veracidad y respetando la trayectoria y seriedad con que la Iglesia realiza su aporte en favor de la educación en nuestra región y en el país y en muchos casos suple la ausencia del Estado.
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